Así mismo, Juan Carlos Rubio Explicó que “La inteligencia artificial es el nuevo paradigma de la innovación, es la nueva electricidad del funcionamiento de sistemas y procesos. En la Inteligencia Artificial las reglas se infieren a partir de la materia prima, que son los datos. Los datos generados por los procesos de negocio de cualquier organización son uno de sus más importantes activos. Y con estas tecnologías podemos convertirlos en valor de negocio. Con nuestra tecnología estamos construyendo construyendo ahorros, eficiencia y una mayor sostenibilidad en los procesos operativos de nuestros clientes, multinacionales como Coca-Cola, Acerinox, Heineken, que están ya retornando claramente sus inversiones en este ámbito y generando una ventaja competitiva muy relevante. Y las pymes también tienen la oportunidad de utilizar la Inteligencia Artificial como una herramienta con la que enfocar bien sus modelos de negocio”.

El CEO de OGA también puso un ejemplo revelador sobre la contribución a la mejora de procesos en los ámbitos de gestión pública: “Una de las innovaciones de las que nos sentimos más satisfechos es el Proyecto MANTIS, en el que estamos colaborado con el Servicio Andaluz de Salud desarrollando un complejo sistema predictivo basado en Inteligencia Artificial, logrando una mejora de la calidad del servicio sanitario al ciudadano, un incremento en la capacidad asistencial del sistema hospitalario, e indirectamente un importante ahorro de costes para el erario público como resultado de una intervención proactiva que previene y evita ingresos y hospitalizaciones. Los resultados preliminares están siendo altamente valorados por su gran impacto y confiamos que en un breve plazo de tiempo será parte de la imparable innovación que supone la Inteligencia Artificial y que está también transformando la sanidad y la administración pública”.

OGA es una empresa muy comprometida con la integración de los principios éticos para idear y utilizar la Inteligencia Artificial, así como para proteger la privacidad de los datos, tal y como se estipula en el marco europeo. Por ello, Juan Carlos Rubio apeló al conjunto de las administraciones públicas para acelerar la regulación: “Siempre que apliquemos Inteligencia Artificial en proyectos con impacto social debemos asegurar el más estricto control sobre los aspectos éticos que se derivan del uso de esta tecnología, no exenta de riesgos. Sin embargo, no podemos permitirnos el menor retraso en el desarrollo y la aplicación de estas capacidades tan transformadoras, y por ello necesitamos contar con normativas que aseguren y garanticen la explicabilidad, auditabilidad y la ausencia de sesgo en las metodologías y técnicas empleadas, y que lo hagan desde un marco objetivo y homologable a los estándares internacionales que se están ya conformando”.